Hace 16 años se proclamó en Uruguay por ley, primer viernes de octubre.
Ley Nº 17.557.-
Todo surgió en 2002, en una salida de avistaje de ballenas en Punta del Este. Apenas se iniciaba en Uruguay esta modalidad de turismo que fue regulada desde entonces – decreto 261/002- para proteger la especie y cuidar a las personas. Las ballenas eran desconocidas para la mayoría, incluyendo importantes autoridades nacionales. Había que hacerlas conocer, precisaban de la ciudadanía y de legislación, estaban aún en riesgo crítico (aún dependen de la conservación).
Durante la llamada 2ª Semana de la Ballena Franca (que se inició en 2000), una de las actividades consistía en salir al mar en busca de ballenas. Una tarde en la embarcación Calypso y con el apoyo de ADES, las ballenas acudieron rodeando las embarcaciones con varios expertos en cetáceos que guiaban las maniobras. Los invitados eran numerosos, autoridades locales, empresarios, amigos e integrantes de la OCC y habían políticos parlamentarios. Uno de ellos fue tocado por la magia de las ballenas, quedó en tal entusiasmo y excitación que quiso hacer algo por ellas.
Nos preguntó y le recomendamos que podría declarar el Día Nacional de la Ballena, algo pionero mundialmente. El entonces diputado Sebastián da Silva nos dijo: “denlo por hecho”. Al mes la ley fue creada, votada en medio de la crisis del país, cuando se decidía la ley de reactivación económica las ballenas “fueron como un bálsamo en el Parlamento”. El Senado y la Cámara de Representantes de la República Oriental del Uruguay, reunidos en Asamblea General, DECRETARON: Artículo Único.- Declárase el primer viernes de octubre de cada año, como "Día Nacional de Protección de la Ballena Franca Austral", con el objeto de fomentar acciones tendientes a la preservación de esta especie. Sala de Sesiones de la Cámara de Senadores, en Montevideo, a 10 de setiembre de 2002.
¿De qué sirvió? Por vez primera en el Parlamento las ballenas fueron tema, ante la sorpresa de la mayoría, también fue aprobada la Ley por mayoría. Y a partir de entonces, comenzó una política de Estado para la protección y conservación de ballenas impulsada por la sociedad civil, que se sucederían con el retorno de Uruguay a la Comisión Ballenera Internacional –más de 22 años ausente-, acciones educativas en escuelas, la inclusión de la ballena franca como parte de la fauna autóctona migratoria, el empoderamiento de la ciudadanía y autoridades, la prensa difundiendo muy interesada, una red de avistaje que inició por mensajes SMS y ahora tiene más de 12mil integrantes en Facebook y, la creación del Santuario de Ballenas y Delfines en 2013.
Hoy siguen los reconocimientos y logros, en breve se anunciará un importante galardón internacional al Santuario. Las ballenas significan un emblema para la ciudadanía, una esperanza y bandera para la conservación marina, un paraguas para la salud oceánica.-
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